IU y Podemos denuncian que Ayuntamiento y Junta tramitan “nuevos ataques al litoral” con la autorización de tres chiringuitos de hormigón en zonas dunares de Marbella

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La Asamblea Local de Izquierda Unida y el Círculo de Podemos en Marbella y San Pedro Alcántara alertan acerca de la tramitación por parte de la Junta de Andalucía, con la connivencia del Ayuntamiento, de tres nuevas concesiones para la construcción de chiringuitos de hormigón, algunos con sótano, aprovechando que estas zonas dunares de Marbella no tienen protección ambiental para acabar de esquilmarlas, concretamente en El Pinillo, Realejo y Playa del Don Carlos, pese a los informes desfavorables de la Demarcación de Costas que indican que tienen afección a zona dunar, organismo dependiente del Ministerio de Medioambiente del Gobierno de España.

La portavoz de IU, Victoria Morales, explica que “estas instalaciones, con sótanos de hormigón rigidizan la costa y dañan la dinámica natural, pero a la Junta no le importa y ha puesto en marcha su autorización. Mientras, el Ayuntamiento, lejos de velar por el medio ambiente, poner fin a la urbanización desenfrenada y garantizar el uso público de nuestras playas, actúa como colaborador necesario y sigue construyendo paseos marítimos encima de las dunas”.
“Málaga posee el triste récord de contar con la mitad de los chiringuitos de toda Andalucía, unos 400 legales o en proceso de regulación, solo en Marbella hay unos 60 chiringuitos de todas las tipologías y tamaños, una media de un chiringuito cada 450 metros de costa, sin contabilizar los restaurantes en primera línea de los paseos”, informa el portavoz de Podemos Marbella, Estanislao Ron.

“El modelo que defiende el PP en Marbella es el de la especulación, carente de estrategia turística y amigo de la masificación y el ladrillo. Se están repitiendo los errores del pasado, cediendo el poco suelo público que nos queda a intereses económicos privados. Ángeles Muñoz no gobierna para la gente, está al servicio de intereses particulares muy concretos e impulsa un modelo de chiringuitos de hormigón con sótano y clubes de playa con precios prohibitivos que están desplazando al modelo del chiringuito tradicional, con precios populares y estructuras normalmente de madera menos perjudiciales para el medio natural”, subraya Morales.